Innovación estamos hablando de cultura organizada.
Cuando hablamos de innovación hablamos de un equipo de gente dispuesta a abrir puertas a nuevas formas de pensar actuar y generar ideas.
Todos tenemos buenas ideas, pero no todos podemos transformarlas en chispas que es de verdad el cambio no solo es necesario sino inevitable.
La innovación es escasa en las empresas. Por eso se busca desesperadamente encontrar de manera natural.
Todo lo que pasó funcionó muy bien, pero ahora soplan nuevos vientos. Y como dice un antiguo proverbio chino, “cuando soplan vientos de cambio unos levantan muros y otros construyen molinos.”
Innovar es en “correr riesgos.” Pero acaso ¿no es más riesgoso quedarse estancado en un modelo viejo? Innovar implica entrar en caminos distintos poco transitados sin señales ni mapas.
Innovar es, además, saber gestionar la incertidumbre, transformar lo desconocido en amigo y no en enemigo.
Y mientras hablamos de innovación también hablamos de disrupción. Vemos algunas empresas que han evolucionado como Uber en el transporte urbano, Airbnb el alojamiento y Apple la música.
Estos, por mencionar sólo algunos, han disrupcionado industrias enteras.
Es en este “nuevo” mundo donde el grande ya no se come al pequeño, sino que es el rápido el que se devora al lento.
¿La próxima disrupción en tu sector vendrá es de adentro o vendrá de afuera?
El cambio significativo que muchas industrias tienen por delante ya está en marcha.
Para comprender más el tema sólo basta entrar a Internet y bucear en Google, Wikipedia y las redes sociales. Para profundizar el tema y conocer hacia dónde nos dirigimos hay que tener una mente cada vez más abierta. Ya no se trata de acceder a más datos sino a una nueva mentalidad.
El camino de la innovación debe poner rumbo a las personas.